Para quienes deseen conocer lo esencial de este trastorno, de forma breve y concisa, hemos preparado este esquema de la tartamudez o disfemia en 10 puntos.
1.- Definición y síntomas
La disfemia o tartamudez es un trastorno de la comunicación (en concreto, del habla), no del lenguaje. Es un trastorno que provoca intenso miedo y estrés. Sus síntomas son:
- Interrupciones involuntarias del habla
- Repetición de sonidos y sílabas
- Prolongaciones de sonidos
- Bloqueos y pausas tensas
- Palabras fragmentadas e interjecciones (disfluencias).
2.- Manifestación orgánica.
Tensión muscular en los labios, mandíbula y cuello, temblor en labios, mandíbula y lengua en los intentos de la comunicación, giros de los ojos hacia los lados, taconeo y giros de la cabeza.
3.- Tipos de disfemia.
- Tónica: Interrupciones por espasmos. Durante las interrupciones el paciente muestra rigidez y tensión faciales. Es la de peor diagnóstico.
- Clónica: Repeticiones de sílabas y palabras enteras, más frecuentes en consonante que en vocal y en oclusivas. Se suelen dar al principio de la palabra.
- Tónico-clónico mixta: Es el más frecuente, es raro encontrar un tónico o clónico mixto.
4.- Apuntes históricos sobre la disfemia.
Aristóteles señalaba como responsable al órgano lingual. Esta idea se mantuvo hasta el s. XIX, durante el que los cirujanos intentaban corregirla con prótesis y ensanchamiento de vías respiratorias: vegetaciones o amígdalas. Freud asoció la tartamudez a crisis nerviosas en las que pujaban por salir al exterior los deseos reprimidos.
5.- Causas.
No existe un criterio médico o científico común, pero sí se ha convenido que la disfemia es una combinación en intensidad de:
- Factores constitucionales (vegetaciones, facies adenoidea)
- Factores ambientales (familias restrictivas)
- Predisposición genética, neurología (impulsivos o autistas)
- Factores psicológicos (introversión, fobias, ansiedad)
- Factores sociales (liderazgo, presión social).
6.- Prevalencia y factores de riesgo de la disfemia.
Alrededor del 5% de los niños entre 2 y 5 años padecen disfluencias, aunque el 80% remiten de modo espontáneo coincidiendo con su maduración. Los principales factores de riesgo identificados: ser varón, historial familiar de tartamudez, coexistencia de retraso en la articulación y desarrollo del lenguaje, y persistencia del problema durante al menos 18 meses o más.
7.- Signos de alarma.
- Repeticiones de parte de palabras, palabras y frases en número y frecuencia.
- Cambios de intensidad y frecuencia de la voz.
- Pausas, interjecciones y muletillas, en número mayor de lo habitual.
- Incomodidad al hablar.
- Esfuerzo al hablar.
- Prolongaciones de palabras.
- Tensión corporal visible y audible.
- Dificultad al empezar a hablar y mantener el patrón respiratorio.
- Cambio de palabra por temor al bloqueo.
- Evitar hablar o contestar con monosílabos.
- Poca participación pública en conversaciones.
8.- Tartamudez y familia.
Hay varios factores familiares que influyen en la posibilidad de que los hijos desarrollen disfemia:
- Estilo de habla de los padres: Velocidad del habla, ritmo de conversación, frecuencia y tipo de preguntas, extensión y complejidad de las frases.
- Patrones de interacción familiar: Modo de tomar el turno de palabra, tiempo cedido al hablar, inicios y cambio de tema, demandas de actuación verbal.
- Relaciones de los familiares ante la tartamudez: Comentarios negativos, instrucciones para que hable de otra manera, sentimientos negativos.
- Estilo de vida familiar: Estructurada vs desestructurada, altas o bajas expectativas, estable vs inestable, disciplina clara vs confusa.
9.- Evaluación de la tartamudez.
- Se realiza mediante la observación y el registro de datos del paciente.
- Comienza con una anamnesis (recoger el historial de todos los datos médicos, familiares, sociales y académicos del paciente).
- Seguidamente, se realizará la observación en consulta del habla espontánea, y su comparación con el patrón de habla normal.
- Instrumentos más frecuentes: test de lectoescritura, cámaras grabadoras de voz y de imagen, contadores, cronómetros, neumopolígrafos (toma de aire).
- Especialmente relevantes los antecedentes familiares, retraso en la aparición del lenguaje, lateralización, trastornos de la articulación, etc.
10.- Consejos prácticos para la intervención en casa.
- La tartamudez no afecta a la capacidad intelectual del individuo.
- El niño no debe evitar el tartamudeo.
- Si se evita la disfluencia el problema se desviará a la autoestima.
- No debe animarse al niño a que haga conductas estrafalarias para hablar.
- Es preciso permitirle todo el tiempo necesario para que hable.
- Es preciso que el adulto descubra su propia ansiedad ante el disfémico.
- Debe valorarse más el contenido que la forma.
- No deben realizarse correcciones sobre el lenguaje.
- No es conveniente interrumpir o completar sus frases.
- No se debe emitir juicio o crítica.
- Se le debe estimular a que participe en lo más posible en conversaciones públicas, pero nunca se le forzará a actuaciones en público.
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