Ya llegó la primavera, y con ella, la preocupación por tener un físico atractivo. El verano se adivina a la vuelta de pocas semanas, y a más de uno y de una, esos "michelines" que prometieron no volver nunca a lucir, les traen por la calle de la amargura.
Los medios de comunicación nos invaden con publicidad de productos para adelgazar, y las visitas a herbolarios y farmacias, en busca de la "dieta milagro", son más frecuentes que nunca en esta época del año. Para muchas personas, la "Operación Bikini" es una verdadera obsesión y un sufrimiento, que se repite año tras año.
Los medios de comunicación nos invaden con publicidad de productos para adelgazar, y las visitas a herbolarios y farmacias, en busca de la "dieta milagro", son más frecuentes que nunca en esta época del año. Para muchas personas, la "Operación Bikini" es una verdadera obsesión y un sufrimiento, que se repite año tras año.
¿Por qué no funcionan ciertas dietas?
La respuesta es simple: porque no son realmente dietas. O mejor dicho: porque no son lo que, en términos científicos médicos y de la salud, merecería denominarse como "dieta".
En efecto, una verdadera dieta ha de cumplir ciertos requerimientos básicos:
- La dieta ha de ser prescrita por un profesional de la Medicina o de las Ciencias de la Salud: un Médico de Familia, un Endocrinólogo, un especialista de Medicina Interna, etc.
- La dieta es el medio, no el fin, para corregir un desequilibrio o un problema de salud. No se debería ir al médico "a por la dieta", sino a consultar e intentar resolver un problema que, eventualmente, puede ser solucionado total o parcialmente con la dieta. Además, dentro de un tratamiento, la dieta puede no ser el único factor de curación que el médico utilice.
- A menudo, al acudir al profesional de la salud, éste puede sospechar que tras el problema aparente del paciente (por ejemplo, el sobrepeso), subyacen causas más profundas que constituyen la verdadera raíz de su situación. En bastantes casos, el médico podrá desviar al paciente a un profesional de las áreas de salud mental (Psiquiatra, Psicólogo, etc.), si considera que existen factores de índole no exclusivamente metabólica que influyen en su patología.
Fases típicas de una "dieta milagro"
Cuando no estamos realizando una dieta bajo control de un profesional de la salud, es muy fácil que recorramos un camino de "ida y vuelta" en nuestro nivel de peso. Con más o menos variantes, las fases típicas de una dieta no regulada son:
- Al inicio de la dieta se pierde peso, a veces muy rápidamente.
- A medida que disminuye el peso, la cantidad de energía “que puede escaparse” del cuerpo se va reduciendo, y a su vez esto disminuye el ritmo de pérdida de peso.
- Gradualmente, la ingesta reducida es igualada por la pérdida o salida reducida output de energía, y se alcanza un nuevo punto de equilibrio estable.
- Cuando termina la dieta, se vuelve a ganar peso rápidamente debido al alto valor incentivo de la comida y al bajo nivel de pérdida de energía que se ha alcanzado en la etapa anterior.
- A medida que se acumula peso, vuelve a bajar el valor incentivo de la comida, y a su vez aumenta nuevamente el nivel de pérdida de energía, alcanzándose de nuevo el equilibrio original, o incluso en un nivel superior (es decir, peor).
Peligro: dietas sin control
La obsesión por un cuerpo delgado en los casos más extremos puede llevarnos a un desorden alimenticio que amenaza la vida: la anorexia. En este punto, permitidnos ser taxativos y muy serios al insistir en esto: la anorexia puede causar la muerte, y con este trastorno no se debe "coquetear". Por ello, en el futuro le dedicaremos otra entrada más extensa. Por ahora baste señalar lo siguiente:- Aunque se analizan más factores, se considera que una persona padece anorexia cuando ha perdido más del 15 por ciento de su peso aconsejable (en función de su sexo, edad y estatura).
- Las causas de la anorexia no están claramente definidas, aunque está comprobado que ciertos rasgos de personalidad, así como determinados factores biológicos y ambientales, están presentes con frecuencia.
- La presión de los "amigos", las burlas por exceso de peso en un momento determinado, y la presión social, que identifica la esbeltez y la apariencia física con la belleza, pueden tener un fuerte impacto en el desarrollo del trastorno.
Ya lo dijo Hipócrates hace más de 2.500 años:
Que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina sea tu alimento
Elaborado por C. Alcántara, colaboradora de Gabinete Tándem
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